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Especies Marinas

Foca Leopardo

Foca Leopardo

La foca leopardo es quizá una de las focas más populares en el mundo actual y forman parte del grupo conocido de las focas lobodontine, que se localizan principalmente en la Antártica, así que prepárate para conocer todo acerca de éste increíble animal.

Características de las focas leopardo.

Las características físicas de la foca leopardo o leopardo marino las distinguen como la segunda especie más grande de las focas, únicamente por debajo del elefante marino. Su gran tamaño puede llegar a ser de 3 metros y medio en el caso de las hembras y 3 metros en los machos, con un peso mayor a los 400 kilogramos y 320 kilogramos respectivamente.

Son fáciles de reconocer, su cabeza es larga debido a su hocico afilado y sus fauces dejan ver sus dientes afilados. Respecto a sus colores, se puede observar que la parte superior y su cabeza son de color gris obscuro, que poco a poco se va difuminando hacia la parte inferior, para dejar ver un vientre gris claro. Tiene algunos motes blancos que contrastan con el gris obscuro en la parte de su cuello, lo que justamente le da el nombre de foca leopardo.

Aunque se suele pensar en las focas como animales amigables, las focas leopardo distan mucho de ésta percepción, ya que son animales solitarios, agresivos y los depredadores por excelencia de la Antártica.

Al igual que otras especies de focas, la foca leopardo usará sus patas traseras para nadar en el agua. Sus patas frontales se han ido desarrollando y son muy fuertes, lo que le permite a la foca leopardo ser mucho más ágil en el agua.

Se ha llegado a comparar la forma que tienen de moverse, con la de los leones marinos.

¿De qué se alimenta la foca leopardo?

Las focas leopardo cuentan con diferentes fuentes de alimento, desde realizar actividades de cacería en búsqueda de peces y calamares, no dejarán pasar la oportunidad de alimentarse de krill y plankton. Son conocidos también por ser los principales depredadores de los pingüinos emperador.

Gracias a que son el depredador dominante, no tienen amenazas naturales constantes, aunque ocasionalmente un tiburón o alguna ballena asesina en busca de alimento pueden decidir cazarlas. Existió un caso registrado en el cual se observó a un elefante marino que presuntamente habría cazado a una foca leopardo, sin embargo, se considera que esto no es algo común.

Al ser el principal depredador que habita en la Antártica, en ocasiones suelen alimentarse de cachorros de otras especies de focas, como los de la foca cangrejera.

De lo poco que se ha logrado observar de ésta foca, es que tienen gustos muy particulares e individualistas. Mientras que algunos ejemplares se quedan cerca de las colonias de pingüinos emperador, otros preferirán cazar cachorros de la foca cangrejera.

Reproducción de la foca leopardo.

Como ya mencionamos anteriormente, la foca leopardo es un animal solitario, sin embargo, dejarán ésta característica particular para reunirse en pequeños grupos cuando llega la temporada de apareamiento.

No se sabe mucho acerca de cómo se lleva a cabo el apareamiento de ésta especie, ya que son animales que viven en el hielo marino antártico y no ha existido suficiente acercamiento humano. De lo poco que conocemos, es que la hembra suele cavar un hoyo en el hielo donde dará a luz a una cría, después de un período de gestación de 9 meses. El alumbramiento suele ocurrir en la estación de la primavera y la cría puede llegar a pesar hasta 30 kilogramos.

Como en la gran mayoría de las especies de focas, la madre estará a cargo del cuidado de su cría, alimentándolo de leche rica en grasa que le permitirá crecer rápidamente para convertirse en un animal que pueda cazar y encontrar alimento por sí mismo.

El promedio de vida que se cree pueden llegar a alcanzar las focas leopardo, es alrededor de los 25 años de edad e incluso un poco más, siempre y cuando sus habilidades de cacería sean excepcionales y les permitan seguir alimentándose.

Hábitat del leopardo marino.

Constantemente hemos hablado que ésta especie de foca se encuentra principalmente en la Antártica, sin embargo, también puede ser encontrada un poco más al norte, en climas más cálidos. Se han llegado a tener avistamientos en Nueva Zelanda y Australia, así como en Sudáfrica y Sudamérica, aunque nunca se alejarán mucho de los océanos congelados.

Uno de los avistamientos más peculiares, son sin duda los que se han observado en la isla de Tasmania y en la isla Herón, ya que ésta última siendo una isla tropical, no se considera parte de su hábitat natural.